lunes, 24 de noviembre de 2008

La estupidez de una mañana


No hace frío, es sólo fresco. Alrededor veo un suelo seco pero lleno de charcos pequeñitos que ayer dejó la lluvia. Inspiro el aire de la mañana y se interna en mis pulmones. A lo lejos, el sol naciente del este; y a al oeste, los reflejos que la luz del astro emana. Un cielo azul y naranja se descubre. No existe el tiempo en esta media hora, por lo menos no hasta que toca la campana. Estoy casi inmóvil. El banco de piedra me hila las nalgas y el viento me congela las manos. A penas puedo moverme. El viernes ha amanecido triste porque la irrelevancia que desencadeno me ata. Paso desapercibida. ‘Jódelos’ como dice mi amigo ¿Y qué más dará? Sólo una mañana más y ya vendrá otro día: mejor, mostrándome su ingente sonrisa, sin pensares lánguidos y tormentos que yo sola invento en esta madrugada. Sin recuerdos que me permitan descubrir el pasado, sin tu imagen en la mente una y otra vez. Atrapada en un remolino de agua que me marea.
Mis rizos caen alborotados sobre el hombro y esta pesadumbre no es más que una excusa popara sacar mi pilot y ponerme a escribir.
Temática: la estupidez de una tristeza hallada deliberadamente.
Laura Martínez.

3 comentarios:

Sombras en el corazón dijo...

Pero así no se queda dentro.
Se escribe y se echa fuera; a circular por ahí, independiente ya de uno mismo. Con nombre e identidad.
No solapada y agarrada a las entrañas.
Sacando a pasear los cuervos.

Un abrazo, chica :0)

Laura dijo...

cierto :-)

AdR dijo...

Nunca se es estúpida si se escribe.

Yo también uso pilots, los G2 negros, es una manía que no puedo cambiar.

La foto muy acertada también.

Besos