lunes, 1 de diciembre de 2008

La Ritournelle

Querido ‘cosa medio inventada’:

Puedo inventar lo que no existe y fingir, durante un momento, que todo marcha bien. Puedo imaginar que mis manos no están secas y agrietadas por el leve frío del mediterráneo, y disimular con una sonrisa la tristeza del invierno. Puedo leer libros que me hagan llorar de felicidad o ver películas con un final más desastroso y desesperanzador que el mío. Puedo alisar estos rizos que cuelgan alborotados de mi cabeza, y ponerme una mini falda para que mis piernas parezcan aún más largas de lo que son, ponerme algo de relleno, maquillar este rostro adolescente y salir a la calle creyendo que así soy más guapa. Puedo postrarme enfrente del espejo y bailar hasta tumbarme exhausta y agotada en la cama, contemplando el techo infinito de mi cuarto y así cavilar una vez más sobre cuán gélidos son estos meses, y crear mi propio ‘Noviembre dulce’ para darle más sentido a la vida. También podría ir hasta la cocina, abrir el ‘armario de los placeres prohibidos’ y, sigilosamente, extraer una tableta de chocolate y devorarla con ansiedad mientras recuerdo nuestras noches estrelladas desde la 'cima del deseo' observando su ladera llena de pueblos iluminados que parecían luciérnagas sonriéndonos. También podría recurrir a observar fotos de otras épocas y dejar que los recuerdos buenos me invadan la mente y que éstos se apoderen de sus fronteras y murallas. Puedo dibujar en un papel el Sol de un verano y crear metáforas de princesas soñadoras, dar vida a los colores y creer ver volar la ‘vaga libélula’ de la que un día Neruda escribió, y estudiar la Physis de Aristóteles y preguntarme por enésima vez dónde estará el cambio del que tanto hablaba, y del que intenté experimentar también- no se si recordáis- Una vez yo y otra vez nada. Ausente mi cabeza volátil entre tres cuervos negros y cien mil lágrimas de sal. Puedo crear una ficción tras otra y sin embargo, evidenciar una realidad enfadada que llama enfurecida a la puerta.
¿Qué más quieres que te diga? ¿Acaso quieres que confiese algo que crees evidente? Puedo inventarme cuentos y escribir sobre un amor incondicional donde la historia acabe con beso, y crear también una novela donde se ausente la melancolía y la desgana. Puedo escribir en la lisa pared blanca una opción a elegir, y cerrar los ojos y marcharme en sueños a ese mundo tan mío. Puedo actuar a no ser yo durante el resto del tiempo, y responder a todas tus preguntas con un sí o un no, en función de lo que quieras escuchar.
No te estoy hablando de amor, no te estoy hablando de frustración, te estoy hablando de una cabeza loca colgando de un fino hilo transparente, de la mayor desesperación de la vida, de una canción alegre que me atormenta con su precioso piano, una vez, otra vez y hasta una vez más.
Puedo traer conmigo una libreta, un lápiz, e intentar narrar la más esperanzadora historia del mundo. Pero aún así, tan sólo lograría escribirte otra carta con palabras sin sentido.
Laura Martínez

5 comentarios:

Belén dijo...

Joe...

Sin palabras me has dejado, niña..

Besicos

Alberto López Cordero dijo...

Puedes contar lo que te de la gana, sea lo que sea, ya que no hay una sola vez que no me quede más que impresionado con tus palabras. Eres todo un tesoro literario, un tesoro repleto de mil y una historias, de cientos de miles de finales, de millones de sueños por imaginar.

7 dijo...

Crear metáforas
segundo a segundo
se reinventa el mundo,
en tus ojos
el cielo
tus pies la tierra...
y así
unos por otros
hacemos real
el infinito...

abraxos

AdR dijo...

O también puedes seguir viviendo tu vida con el mismo ímpetu con el que escribes y sueñas :) Te queda mucho camino por recorrer, y todo es tuyo.

Besos.
P.D: La foto está genial, con una pose muy divine :)

Laura dijo...

a mi tmb me gusta la foto xD la hicimos mi prima y yo con la opción esa de multidisparo :-)

gracias por leer