martes, 4 de agosto de 2009

La lame de la guillotine

Decapita el presente y morirá el mañana.

Mantén el pasado con vida y el hoy jamás llegará.

En realidad dicen que tiempo y espacio no existe, que es un engaño del ser humano que, errante, vaga por las verdes praderas de la invención.

De repente, llegas tú, y más tarde ya no hay nada.

Cómo una decisión, un simple movimiento de labios, un sonido proveniente de tu boca o tan sólo un gesto con el cuerpo, puede cambiar el transcurso de una vida entera.

Cómo un ‘hola’, un ‘adiós’ y un ‘hasta la vista’ prevalecen invisibles como espectros sujetos al futuro y te acompañan hasta la finitud de los días.

Cuando dedicas el te quiero, o el te odio, cuando tan sólo se te ocurre balbucear mientras apartas la mirada, cuando aceptas o niegas, cuando desmientes, desengañas, cuando escondes y traicionas. ¿Qué sucede a continuación, qué es lo que depara en el próximo episodio?

Cuando señalas lo que quieres y, seguro de elegir lo correcto, dices: “esto”. Cuando dubitativo, la última resolución la toma tu prudencia, o, al contrario, tu espíritu loco danzando sombras chinescas ¿Cuál es el coste de oportunidad?

Cuando el orgullo prevalece ante el deseo y la pasión. Cuando el prejuicio no tiene espacio para el saber, o cuando la uncida ira se desata.

¿Serías capaz de obsequiarme con un ‘te echo de menos’, con una sonrisa, con un ‘jamás te olvidaré’?


Demuéstrame que puedes.

¿Seré yo capaz de devolverte la llamada, de atreverme a amarte, de marcharme de este lugar para no volverte a ver hasta que me olvide de ti?

Pídeme un adiós y el porvenir cambiará por completo.

Ruégame que me quede, y no dudaré en huir despavorida.

3 comentarios:

coco dijo...

Ese cambio de acera de tu cadera,
estas ganas de nada menos de ti...

Belén dijo...

es que eso es lo dificil, el no salir pitando!

besicos

AdR dijo...

Ahora no sé qué flecha seguir...

Pero tú sigue escribiendo.

Besitos.