domingo, 13 de septiembre de 2009

Mojada


La tarde estival venía mojada.

Mojada como el alma bajo la lluvia de palabras obscenas.

Mojada como garbanzos en remojo,

como el néctar secreto de la flor,

como el césped por la mañana;

como las olas del mar que era verdoso y que ahora es gris.

Mojada como las lenguas que se juntan y las lenguas solitarias,

como el suelo que acaba de recibir el agua derramada de un vaso,

como la camiseta sudada o la recién lavada.

Mojada como si los ángeles hubiesen llorado sobre las calles de mi sitio.

Mojada como antes mi sexo;

como antes nuestros cuerpos exaltados,

excelsos, exculpados, excitados, extendidos y luego, más tarde, exhaustos y exterminados.

Mojada como las tardes de lluvia que nunca tuve.

Mojada como las lágrimas que no pienso llorar.

4 comentarios:

Belén dijo...

Ah, pues yo soy de llorar hija... si no me moj por dentro y eso si que no tiene remedio...

Besicos

Laura dijo...

llorar no siempre es malo :-)

Mery... christmas dijo...

Mmm... Me ha encantado... ;) Y me gusta mucho lo de mojada como una camiseta sudada o recién lavada :)

AdR dijo...

He acabado empapado leyéndote.

Besos