martes, 28 de febrero de 2012

No todo se va con lejía.




No llueven piedras por la mañana. No llueven piedras. Hecatombe nuclear cuando tu cuerpo estalla. Hueles a babas secas y a jaqueca merecida. Trombosis, cataclismo, cuando  tu carne estalla.

Sonrisa sazonada, agria como tu fondo. Vacío. [  ] Habitado.
Ecografía sin fin alguno.
Nunca serás nada. Muerte súbita. Disolución instantánea.

No tienes pasado.

Degusta las hormonas industriales concentradas en envoltorios de plástico.Saben a poco, empachan

demasiado.

Entra sola, como anoche, entra sola. La salida también es sin compañía.
No hace frío. Tirito. Estalla carne en mil pedazos.

Entra sola, como anoche, entra sola. Ya está acostumbrada a no compartirse con nadie más.

Agüilla en la nariz, aliento a café. En la boca.
Come algo, por Dios, no prives a tu vientre; dale forma, haz que crezca. Mata tus ganas con dosis de recelo.  Haz que crezca, tu vientre, dale forma.Y luego estrangula el futuro,

sólo por si acaso.

Un rastro, de babas,
bobas
 secas,
ha dejado su lengua.
.
Frota, frota. No todo se va con lejía. Mátalo, ¡mátalo!
                             
                          No hay esperanza alguna cuando desengarzas el verde de tu garganta.
  Come algo, por Dios, come algo. No vomites. Alimenta tu vagina de frenazos postcoitales.

Estalla carne, de verdad,  no te miento. Estalla carne en mil pedazos.

No hay comentarios: