la vida no la
necesita.
¿Qué hacéis?
¡No os quedéis ahí
parados!
Movamos ya el tedio
de su sitio,
rompamos todos los
jarrones de la casa,
compremos peceras
para dejarlas vacías
en lo alto
del armario.
Los malos peces nacen
solos
y te miran complacientes
porque se alimentan
de tus parásitos.
Por eso.
Mátala por la mañana,
la vida no la
necesita,
y tú tienes que
lavarte las manos.
Antes,
no después,
Que el trabajo sucio
nunca se limpia