Qué
delicado es mi pie izquierdo, que se pasa las tardes sangrando. Los zapatos se
embarran del cuadriculado asfalto con el que de vez en cuando me tropiezo.
Comienzo a echar en falta las botas que arrojé a la basura en Camden
Town. Me deshice de ellas porque perdí el cobre. Y cuando
una pierde el cobre, pierde casi todo lo demás.
sábado, 11 de mayo de 2013
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