domingo, 23 de junio de 2013

Casas ajenas

Se había orinado fuera de la taza del váter. Sonó como un estruendo el chorro que caía. Todo en el suelo, que era azul y que sostenía un par de cómics de Asterix y Obelix. El charco del pis se expandía como un mal rumor. No pensó en nada mientras lo escuchaba caer. Le dio igual no moverse cuando el líquido le alcanzó los dedos del pie. A veces se hace extremadamente difícil las casas ajenas, como se hace difícil las maneras francesas a la hora de mirarse. Era tanto, que con qué ímpetu iría a preguntar por una fregona. Si hubiera sido pintura, habría aprovechado para trazar una estocada en el baño. 

jueves, 6 de junio de 2013

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Este tipo de situaciones se producen
cuando 
no sabes qué zapatos ponerte
o
cuando
 la indecisión con los hombres
se convierte en membranas
y se nublan las tardes con pérdida de locura.