Aleteo en el
sofá
-complejo de
ave el mío-
pero la
pierna nunca llega a levantar vuelo
Mi piel se
queda pegada
en los
relieves de la manta roja de Ikea,
y recojo
migas de semanas
con las
nalgas.
Intento
camuflarme en el desorden,
ya formo
parte de él.
De la brizna
quebrantable del bombeo.
Del caos
intangible del vivir.
De repente,
recuerdo mi
existencia.
Me palpo,
me examino,
me siento.
Porque estoy
y, con
permiso de Kahlo,
soy puta,
amor, escombro, luz.
Soy orgullo
y resignación,
soy lo que
ahora mismo me marca el cuerpo,
que lo
conozco bien:
tengo
piernas largas
nariz
puntiaguda
grasa en la
barriga
un coño
moreno
Me levanto
del sofá con impulso
y no me
importa arrastrar conmigo las migas.
Tengo tiempo
de sacudirme
mientras
camino el mundo entero.
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